La música: una herramienta fundamental en el desarrollo de los niños

La música: una herramienta fundamental en el desarrollo de los niños

La influencia de la música en el desarrollo cognitivo en los niños.

 Según diversos estudios científicos podemos afirmar que la música es fundamental para obtener respuestas positivas en los niños. Representa una importancia considerable en su desarrollo intelectual, auditivo, sensorial, del habla y motriz.

¿Qué ocurre a nivel intrauterino?

Los bebés pueden escuchar desde que están en el vientre de la madre. Al ser el oído uno de sus sentidos más desarrollados (en el quinto mes es comparable funcionalmente al de un adulto), prestan especial atención a las diferencias de tono y ritmo, como pueden ser las sonoridades internas de la respiración, el latido cardiaco, etc. Y externas, como la reverberación de la voz de la madre a través de la membrana que cubre el vientre hasta el líquido amniótico. Esto se trata de una comunicación pre-verbal que implica a los canales auditivos y propioceptivos, involucrando sonido, música, movimiento y provocándole distintas respuestas motrices en función de la intensidad del sonido.

Para estimular el desarrollo de su lenguaje puedes cantarles, responderles o imitar los sonidos que hacen.

La música como herramienta primordial

La música es un instrumento básico para padres y educadores en general, ya que es el mejor vehículo para transmitir cualquier tipo de aprendizaje de forma lúdica.

Tiene la propiedad de inducir estados emocionales que ayudan a que nos posicionemos en el entorno y a forjar nuestra personalidad. El que provoque estas emociones, además de favorecer el desarrollo motor, intelectual, entre otros, hace que la música sea un elemento fundamental en la primera etapa del sistema educativo.

¿Qué habilidades se desarrollan?

Durante la infancia, se amplían habilidades de forma más fácil y rápida, ya que el cerebro de un niño es mucho más plástico y activo que el de un adulto. Desde una edad temprana estimular a tu hijo con música puede repercutir en numerosos beneficios en su desarrollo.

Los beneficios son variados:

Se pueden apreciar cambios a nivel fisiológico ( ritmo cerebral, circulación, respiración, digestión, metabolismo, tono muscular, sistema inmunológico o actividad neuronal),

Desarrollo de un fuerte vínculo afectivo que estimula su inteligencia emocional. A nivel psicológico, despierta y desarrolla emociones y sentimientos que pueden modificar su estado de ánimo y promover la reflexión, además de fomentar el autocontrol.

Intelectualmente, la música favorece la capacidad de atención y concentración. Incrementa su rendimiento en el trabajo y estimula la memoria, el análisis, la síntesis y el razonamiento, y por tanto, el aprendizaje.

Además se consigue una mayor precisión para percibir y abstraer estímulos visuales y auditivos, desarrolla el sentido del orden y facilita la creatividad.

La expresión corporal del niño se ve más estimulada y se potencia el control rítmico de su cuerpo cuando la música va acompañada del baile.

También les ayuda a lograr autonomía en sus actividades habituales (en sus rutinas), asumir el cuidado de sí mismo y del entorno y ampliar su mundo de relaciones.

Supone una preparación pre-verbal, con lo que los niños comenzarán a hablar antes y acelerarán el aprendizaje de idiomas.

Introduce a los niños a los sonidos y significados de las palabras, fortalece el aprendizaje y contribuye a mejorar su lenguaje, así, por ejemplo con las letras de las canciones, además de favorecer su discriminación auditiva, pueden enriquecer su vocabulario.

Su aptitud musical y su coordinación motriz se desarrollan mucho y aprenden a disfrutar con la música.

Cuando estimulamos musicalmente a los más pequeños nuestro objetivo no será crear músicos profesionales, aunque puedan llegar a serlo. Lo que pretendemos es que el niño disfrute escuchando música, la ame y contribuya a su educación.

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