Los beneficios de cocinar con tus hijos

Los beneficios de cocinar con tus hijos

Cocinar con mis hijos es una actividad que disfruto muchísimo. Si tus hijos tienen más de 3 años, te cuento que al cocinar con ellos les enseñarás mucho más que a preparar platos deliciosos.

Al cocinar juntos compartirán divertidos momentos que se convertirán en dulces recuerdos. Se unirán, divertirán, aprenderán ¡y el resultado final será muy rico! Como si fuera poco, tu pequeño se sentirá importante y útil y aprenderá muchas cosas que le servirán para la vida.

¡Aquí te lo explico mejor! Cocinar con tus hijos los ayudará a:

Construir su autoconfianza. Cuando los niños ayudan a preparar una comida sienten orgullo de su creación y aprenden a contribuir a una meta más grande.

Aprender a trabajar en equipo. Como son muy pequeños, no podrán hacer todo solos, pero sí podrán hacer pequeñas tareas como cernir la harina, pelar los huevos duros o pelar las arvejas. El plato listo será el resultado del trabajo en equipo.

Encender su imaginación. Cuando elijan los ingredientes, cuéntales todo lo que pueden preparar con ellos. Anímalos a que imaginen en su cabecita las posibles combinaciones y cómo se verá el resultado final. Enséñales que después de un proceso se convertirán en algo hermoso y delicioso.

Desarrollar su creatividad. La creatividad es la capacidad para inventar historias e imaginar soluciones. Pueden inventar recetas o variarlas un poco y pueden inventar soluciones cuando algo no salga como esperan. Probar, mezclar, decorar, etc. también los ayudará mucho a desarrollar su creatividad.

Aprender ciencia. Aprovecha para contarles de dónde vienen los alimentos. Háblales de las estaciones, las temporadas de las frutas y verduras. También, de la importancia de cuidar nuestro planeta.

Mejorar las habilidades matemáticas. Aprenderán de forma divertida a medir, multiplicar, fraccionar, etc. Puedes ayudarlos con simples preguntas. Por ejemplo: «Si tenemos que echar 5 cucharaditas de azúcar y ya echamos 2, ¿cuántas faltan?»

Desarrollar el lenguaje. Aprenderán nuevas palabras, descubrirán nuevas cosas y preguntarán por ellas.

Aprender que toda causa tiene un efecto. Verán cómo al combinar 2 ingredientes, se fusionan y forman otro. También, cómo al hornear o freir, se transforman. Los niños están aprendiendo cómo sus acciones crean cambios, así que puedes aprovechar para enseñarles cómo todo lo que uno hace trae consecuencias.

Perfeccionar las habilidades motoras finas. Echar los ingredientes en la olla o bol, mezclar, batir, triturar, etc. los ayudarán en el desarrollo de sus habilidades motoras finas.

Desarrollar la coordinación mano-ojo. Al intentar elegir entre diferentes ingredientes y ponerlos en el bol practicarán el trabajo con sus manos y mejorará su pensamiento espacial.

Aprender a alimentarse de manera saludable. Al cocinar, le puedes ir explicando cómo lo beneficia cada alimento: «Las zanahorias te ayudan a ver mejor», «Las espinacas te darán más fuerza», etc.

Conocer nuevos alimentos. Cocinar (o ayudarte a hacerlo) les abrirá las puertas al fascinante mundo de los sabores. Puedes darles pequeñas probaditas de cada cosa para que las conozcan.

Asumir responsabilidades. Enséñales a cocinar siguiendo las reglas de seguridad y limpieza. Luego, dales alguna tarea para que la hagan solitos y se sientan orgullosos. «Tú te encargas de batir los huevos», «Tú te encargas de lavar la lechuga», etc. Si hacen algún desastre, explícales con calma que deben tener más cuidado.

Mejorar la lectura. Si tu hijo ya aprendió o está aprendiendo a leer, pídele que te dicte la receta… una y otra vez.

Aprender a resolver problemas. ¿Faltó un ingrediente? Se puede reemplazar por otro. ¿Algo salió mal? ¿Qué podemos hacer para solucionarlo?

Unir a la familia. Cocinar para alguien es una muestra de amor. Anímalos a preparar la receta de la tía, a hacerle un pastel al abuelito por su santo, a prepararle a papá su postre favorito para engreírlo. La cocina, además, te permite trasmitirles valores y hablarles de tus raíces. Pueden preparar juntos es receta que pasó de generación en generación, por ejemplo.

Aprender a limpiar. Enséñales que no está completo el trabajo si no se deja todo limpio para poder usarlo la próxima vez.

Desarrollar sus sentidos. La cocina es de las pocas actividades que nos permite trabajar los 5 sentidos. Los niños ponen a prueba su oído, vista, tacto, olfato y gusto descubriendo y experimentando con nuevas texturas, colores y sabores.

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