¿Qué es la ciencia?

¿Qué es la ciencia?

Tal y como la conocemos ahora, la ciencia no ha existido desde siempre, en la antigüedad Aristóteles ya hacía investigaciones sobre el mundo natural, es en la Edad Media cuando Alhazén y Roger Bacon proponen que, para lograr un conocimiento veraz, hay que basarse en la evidencia, no en libros antiguos.

En el Renacimiento, Galileo tuvo muchos problemas porque las afirmaciones que hacía, basadas en la observación y las matemáticas, contradecían las creencias imperantes. El método científico se vuelve importante en el siglo XVII gracias a gente  como el gran Isaac Newton (por cierto, en esa época no se llamaban científicos, sino “filósofos naturales”. El término “científico” se empezó a usar hasta el siglo XIX).

 ¿Qué hace a la ciencia tan especial?

Pues que se basa en un método que tiene como fundamento por un lado la observación empírica (es decir, aquello que se puede ver, tocar, pesar, medir o probar), y por otro que propone explicaciones basadas en el razonamiento lógico. Además, la ciencia es universal: un experimento hecho en Brasil dará los mismos resultados en Suiza si se hace en las misma condiciones, lo que permite observar regularidades e incluso formular teorías (explicaciones) y hasta descubrir leyes de la naturaleza.

Otra característica que distingue a la ciencia es que se corrige a sí misma. Nunca llega a verdades definitivas, sino provisionales. Un científico honesto no dirá “esto es una verdad absoluta”, sino “esto es verdad hasta donde sabemos”, porque es posible que en el futuro surja evidencia que enriquezca o cuestione el conocimiento actual.

La ciencia no es siempre neutral

La ciencia no es siempre neutral, es creada por humanos como parte de una cultura y una estructura social, y estas se modifican mutuamente. Hay quienes han usado la ciencia como excusa para justificar el racismo o la explotación, o como fuente de tecnologías que pueden dañar a la humanidad. Pero también ha servido para mejorar nuestra salud, la comunicación y sobre todo para enriquecer de manera espectacular y sobrecogedora nuestra conciencia acerca de nosotros mismos y del Cosmos del que formamos parte.

Es por estas capacidades impresionantes que podríamos pensar que la ciencia le corresponde sólo a algunos seres especiales. Cuando no los vemos como locos capaces de destruir el mundo, pensamos en los científicos como en personas extraordinarias, algo así como sacerdotes que “bajan el conocimiento” de ese mundo insólito en el que viven.

Nosotros creemos que no es así, que el pensamiento científico está al alcance de todos, siempre y cuando cultivemos tres actitudes:

  • Escepticismo. Esto significa dudar. No creer que algo es verdad sólo porque lo afirma una persona importante, o está escrito en un libro famoso, o porque tiene palabras rimbombantes. ¡Duda incluso de nuestros videos!
  • Apertura. La capacidad de admitir evidencias nuevas, aunque estas vayan en contra de lo que creíamos cierto. Aceptar que lo que sabemos es parcial y que podemos estar equivocados.
  • Y la más importante, curiosidad. Seguir preguntándonos el “porqué” de las cosas todo el tiempo. Cultivar el sentido del asombro y la maravilla, porque nuestro universo es asombroso y maravilloso.

Entonces la ciencia no es un conocimiento lejano y extraño, sino una actividad que tú puedes practicar. Lo haces cuando te preguntas algo y te respondes experimentando, observando, pensando explicaciones con lógica y… terminando con más preguntas.

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