Las verduras contienen pocos azúcares y pueden ser buenas fuentes de proteínas vegetales, de fitoesteroles, de calcio y otros minerales que el cuerpo necesita, pero además, a mayor variedad en la dieta, más nutrientes que garantizamos en la alimentación de nuestros peques.
Igualmente, sin verduras en las comidas principales de los niños, basaremos los platos en cereales y proteínas únicamente, reduciendo considerablemente la fibra en su dieta habitual, así como los antioxidantes, vitaminas y minerales. Además, las verduras ofrecen alto contenido acuoso y volumen sin demasiadas calorías, por ello, su consumo puede ser clave para que la alimentación ayude a prevenir la obesidad.
Por otro lado, si de pequeños acostumbran a consumir verduras de forma habitual también lo harán de grandes, por eso, como adultos debemos intentar su consumo con el objetivo de fomentar comportamientos alimentarios saludables en edades posteriores.
Recursos para que los peques coman más verduras
El escaso consumo de verduras entre los pequeños es un problema frecuente y ello ha dado origen a madres y padres desesperados que intentan todo tipo de recursos para que los niños coman más de estos alimentos. No obstante, no siempre las estrategias usadas son de utilidad, por eso, a continuación mostramos aquellas que la ciencia respalda y que realmente pueden ayudarnos a incentivar el consumo de verdura entre los peques de la casa:
Marketing: un reciente estudio publicado en la revista Pediatrics ha demostrado que colocar carteles o realizar publicidad televisiva fomenta el consumo de verduras considerablemente, por ello, en casa podemos promocionar estos ingredientes con carteles también, con cuentos de súper héroes que eligen verduras, colocando nombres de fantasía a las verduras y demás estrategias de marketing casero.
Involucrarlos en la cocina: los niños que ayudan a cocinar a sus padres comen 76% más verduras que aquellos que no participan en la elaboración de alimentos, según concluye un estudio realizado por el Centro de Investigación de Nestlé de Lausana, Suiza. Por ello, dejar que los más pequeños de la casa corten vegetales, elaboren puré o tortitas de verduras puede ser clave para fomentar su consumo posterior.
Involucrarlos en la compra/elección: si los pequeños pueden elegir los vegetales que van a consumir ingieren hasta un 80% más de estos alimentos que si otros los escogen por ellos, según concluye un estudio de la Universidad de Granada, por ello, involucrarlos en la compra o selección de verduras para su posterior elaboración también es una estrategia válida.
Exposición repetida: si un niño se niega a comer determinada hortaliza en particular, la exposición repetida en el hogar y su oferta al niño sin forzar su consumo puede romper con la aversión y poco a poco, incentivar su ingesta, pues los padres y hermanos tienen un rol fundamental en las elecciones y preferencias alimentarias de los más pequeños de la casa, de allí que aunque al niño no le gusten las espinacas, los demás no deben dejar de consumirlas y de ofrecerlas, pues pueden ser necesarios hasta 10 intentos para lograr su aceptación. Éstas son las conclusiones de una investigación publicada en International Journal of Obesity.
Esconder vegetales en alimentos preferidos: investigadores de la Universidad de Pensilvania sumaron puré de verduras a diferentes platos que los niños en edad preescolar suelen consumir y lograron incrementar a casi el doble el consumo de vegetales y reducir en cerca del 11% el aporte calórico de las preparaciones. Por ello, elaborar hamburguesas, panes y salsas con verduras es una buena alternativa para incentivar su consumo entre los más peques de la casa.
Recompensas no alimentarias y tangibles: aunque es sabido que muchos dan un chocolate como premio si el pequeño come la verdura, ésta no es una estrategia saludable ni válida, pero sí lo es el uso de recompensas no alimentarias y tangibles, como por ejemplo, brindar un adhesivo, un pequeño juguete, pues junto a la exposición repetida por parte de los padres, esta estrategia favorece el consumo de verduras según han demostrado científicos de Londres.
Cocción al vapor: la forma en que se cocinan las verduras puede condicionar su sabor y color, así como su textura, por eso, investigadores de la Universidad de Wageningen analizaron la aceptación de las verduras elaboradas con diferentes métodos de cocción y se observó que cuando se cocinaban al vapor tenían mayor aceptación que cuando se elaboraban fritas por ejemplo.
Además de todas estas estrategias científicamente probadas para que los niños coman más verduras, siempre podemos tener en mente otros consejos para fomentar el consumo de todo tipo de alimentos entre los más pequeños del hogar, pero ante todo, es clave que no olvidemos que los adultos predicamos con el ejemplo y que tenemos un rol fundamental en los hábitos alimentarios de nuestros niños, de allí que no debemos dejar de involucrarnos en sus comportamientos al momento de ingerir alimentos.