Esos libros antiguos y pesados siempre parecen un pozo infinito de sabiduría e imaginación. Ese momento en el que coges uno de ellos del estante y quitas la gruesa capa de polvo de sus cubiertas… es mágico. Y sin embargo, un libro es mucho más que unas páginas llenas de palabras.
¿No sería maravilloso poder darles una segunda y nueva vida a los libros viejos? Pues algunos artistas hacen esto realidad, convirtiendo libros viejos, diccionarios y enciclopedias en admirables esculturas.
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