¿Por la mañana o por la noche?
Una duda habitual entre los padres primerizos es decidir cuál es la mejor hora para el baño de su bebé. ¿Por la mañana o por la noche?
En realidad, no hay una hora que sea «la mejor» para bañar a los bebés. Cada familia puede planearlo como más le convenga.
La práctica habitual es bañar al bebé por la noche, antes de darle el pecho o el biberón. Se piensa que el baño en este momento del día relaja al bebé, por lo que comerá más tranquilo y conciliará mejor el sueño.
Además, muchos padres disfrutan bañando a sus hijos y la noche es el único momento del día en el que pueden dedicarle el tiempo necesario.
Observa el temperamento de tu bebé
Conviene bañar al bebé cada día a la misma hora, pues las rutinas de este tipo le ayudan a adaptarse a los horarios de los adultos. Otros factores, como el temperamento del bebé o la disponibilidad de los padres, determinarán la hora del baño. Conviene tener en cuenta cuándo se le ha dado la última toma, para evitar que esté muy hambriento.
También es importante que lo observes y elijas el momento más apropiado de acuerdo con el temperamento de tu bebé. Si el temperamento de tu hijo es «fácil», esto significa que se adapta bien a los cambios y que cualquier hora le irá bien para el baño.
Si por el contrario, se trata de un bebé con un temperamento «difícil», tendrás que elegir la hora que mejor le viene a él y no modificar casi nunca sus rutinas.
A algunos niños el baño les despeja en lugar de relajarles; otros bebés, si están muy hambrientos, puede que cojan una rabieta y se queden dormidos durante la toma.
También puede ocurrir que se relajen tanto que igualmente se queden dormidos mientras comen.
Consejos prácticos sobre la hora del baño de los bebés
Es preferible bañar al bebé cuando no está muy hambriento. Justo antes de una toma, es más probable que se muestre irritable y llore.
Muchos bebés hacen popó justo después de comer, así que este sería un buen momento, salvo que… se haya quedado dormido.
Algunas personas temen que «se le corte la digestión» si se le baña después de una comida. Un baño breve y templado nunca supone un peligro para la digestión.
Da igual bañar al bebé por la noche que por la mañana. Es cuestión de gustos y necesidades particulares, lo importante es que tanto padres como hijos lo disfruten y hagan de ello una experiencia placentera para el bebé.