El primer mes de vida de tu bebé

El primer mes de vida de tu bebé

Sin lugar a dudas, el primer mes de vida del bebé es muy especial. El nacimiento de un hijo cambia por completo la vida de los padres. Ahora el recién nacido está entre vosotros y tendréis por delante una tremenda adaptación.

Los primeros días junto al bebé son peculiares. La enorme felicidad de tenerlo por fin en brazos convive con las incomodidades del postparto, el cansancio y las preocupaciones acerca de su cuidado.

Pero el bebé también vive grandes cambios. Ha estado durante nueve meses en el vientre materno y de repente se encuentra en un nuevo entorno repleto de estímulos. Por eso, hay que tratarlo para que su vida fuera sea lo más parecida a lo que era dentro del útero. Un ambiente acogedor, calentito, tenue y suave.

Eso de que los recién nacidos vienen sin manual de instrucciones es cierto, por suerte. Porque cada bebé tiene sus propias necesidades y porque no hay nada más maravilloso que ir descubriéndolo. Estas son las principales características del primer mes de vida de los bebés:

Alimentación del bebé de un mes

El mejor alimento para el recién nacido es la leche materna. Lo ideal es colocarlo al pecho nada más nace, dentro de las dos horas siguientes al nacimiento. Es cuando el bebé tiene el instinto más a flor de piel y favorece el vínculo de apego con la madre.

Es fundamental para una lactancia exitosa que el bebé se agarre adecuadamente al pecho. Hay varias posturas posibles para encontrar la que mejor os venga en cada momento, pero siempre el bebé debe cubrir una buena porción de la areola del pecho con su boca para un agarre correcto.

La lactancia materna debe ser a demanda, es decir amamantar cuando el niño lo desee, sin agobios ni horarios, ni frecuencias, tanto de día como de noche.

Durante el primer mes, mientras la madre y el bebé se van adaptando, dar el pecho lleva su tiempo. Es más que probable que el bebé se duerma durante la toma o necesite echar los gases y en poco tiempo, volver a empezar.

La lactancia materna es lo ideal para el recién nacido, sin embargo hay madres que por diversas cuestiones no quieren o no pueden alimentarlo con su propia leche, y optan por la lactancia artificial.

La lactancia artificial consiste en fórmulas de leches de inicio que hay que preparar minuciosamente. El biberón se debe preparar en el momento de la toma y no se puede reutilizar la leche que el bebé no haya tomado.

El momento de darle el biberón debe ser un momento agradable. Debéis estar tranquilos en una postura cómoda y el bebé un poco incorporado con su cabeza sobre tu brazo para que no se atragante.

Cuando empiece a alimentarse fuera del vientre comenzará a hacer deposiciones negruzcas llamadas meconio durante los primeros días, y luego se volverán líquidas de un color amarillento. Los cambios de pañal serán muy frecuentes, entre 6 y 8 cambios diarios.

Sueño del bebé de un mes

Un recién nacido necesita dormir muchas horas. No debemos interferir en el tiempo que el bebé duerma, es una necesidad fisiológica así como lo es el hambre o la necesidad de afecto.

Durante todo el día se desplaza entre la vigilia y el sueño, sin diferenciar el día de la noche. Poco a poco irá asociando el tiempo de sueño con la noche y el de vigilia con el día si nosotros vamos introduciendo ciertos hábitos. Por ejemplo, oscurecer la habitación por la noche (con una luz tenue para poder atenderle) para ir asociando oscuridad y silencio con la noche y luz y ruido con el día.

El bebé de un mes aún no tiene un ritmo de sueño y necesita despertarse varias veces para alimentarse.

El patrón de sueño de un recién nacido tiene dos fases: el sueño profundo y la fase REM. Su orden es irregular debido a la falta de ritmo de la melatonina, hormona encargada de regular los ciclos sueño-vigilia, que se normaliza alrededor de los 4-6 meses. La leche materna, al contener melatonina, favorece la regulación de los ritmos biológicos del bebé.

Aunque cause gran cansancio en los padres, es sano que el bebé se despierte por las noches. El bebé necesita despertarse para comer para evitar la hipoglucemia, además las tomas de la noche promueven el aumento de producción de leche materna.

Por la necesidad del bebé de alimentarse tan seguido durante la noche y por su necesidad de estar en contacto con la madre, lo ideal es que el bebé duerma en la misma habitación de sus padres, en una cuna adosada a la cama, y los que así lo deseéis en la misma cama, siempre que se cumplan ciertas pautas para la seguridad del pequeño.

Crecimiento del bebé de un mes

El bebé a término nace con un peso en torno a los 3 kilos y 3 kilos y medio de peso como media. Los días posteriores al nacimiento se produce una pérdida de peso fisiológica de alrededor de un 10 por ciento de su peso. Es totalmente normal y se debe a la pérdida de líquidos que se producen después del parto. En los próximos días recuperará esos gramos perdidos ganando peso en torno a los 180-200 gramos semanales.

La longitud media de un recién nacido es de 50 cm, algo menos en el caso de las niñas, mientras que el perímetro craneal ronda los 34 cm. En los primeros chequeos se medirán los parámetros de peso-talla-perímetro craneal para controlar su crecimiento.

No es bueno obsesionarse con la ganancia de peso del recién nacido. Mientras haga las tomas con frecuencia y le cambiemos el pañal unas 6-8 veces al día no hay por qué preocuparse. Es importante aclarar que los bebés alimentados con leche de fórmula suelen engordar más que los alimentados con leche materna.

Desarrollo del bebé de un mes

Los bebés en su primer mes de vida son capaces de:

Dirigir la mirada hacia un punto concreto y seguir una cara con la mirada

Buscar la voz de la madre

Ver a una corta distancia de 30-40 cm

Se sobresalta ante un ruido fuerte

Hacer muecas

Levantar levemente la cabeza cuando está boca abajo

Flexionar las cuatro extremidades

Conserva algunos reflejos primarios como el reflejo del Moro y el reflejo de prensión

Sociabilidad del bebé de un mes

Durante el primer mes la figura de la madre es esencial para la vida del pequeño. La relación con los demás comienza por la madre y luego se va a ampliando a otras personas. Aunque nos parezcan muy pequeños, ya muestran preferencias por los rostros humanos, y no solo son capaces de percibir el calor, olor y voz de la persona que les cuida, sino que además reaccionan con movimientos de su cuerpo a esa voz. Es decir, ya hay una respuesta ante la interacción con otro ser humano.

Hacia finales del primer mes de vida ocurre algo maravilloso: el bebé nos regala su primera sonrisa. La sonrisa angelical, un reflejo del bebé al nacer, se convierte en una sonrisa consciente como respuesta a un estímulo social como hablarle o sonreirle.

La forma de comunicarse del recién nacido es a través del llanto. Por eso es tan importante atender siempre su llanto que poco a poco comenzarás a interpretar. Sabrás cuándo llora por hambre, por cansancio, porque quiere brazos o por dolor ya que alrededor de la tercera semana de vida puede que empiece a sufrir los famosos cólicos del lactante.

El contacto piel con piel, las sonrisas, las palabras suaves, cogerle en brazos, las caricias y los masajes son la forma de comunicarse con el bebé. Es absolutamente recomendable y necesario para él ser tocado. Favorece su desarrollo además de ser relajante y agradable tanto para los padres como para el bebé.

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