Si este año te ha tocado organizar la cena de Nochebuena, ¿por qué no hacer partícipes a nuestros peques de algo tan laborioso, pero a la vez entrañable?
Si aún es muy bebé puede que simplemente se limite a observar los preparativos y el exceso de color en la decoración de la mesa y algunos cambios, en la disposición de los muebles o la aparición de elementos nuevos como las flores de Pascua, el mantel y las servilletas con motivos navideños o la sustitución de la vajilla de diario por otra más especial. Seguro que se dará cuenta de algunos de los cambios.
Pero si tu hijo ya ronda los 2 años o más, puedes encargarle pequeñas tareas o proponerle ayudarte en aquellos preparativos que no deparan ningún riesgo y que seguro le van a resultar divertidos, mientras aprende un montón de cosas sobre la Navidad y la vida misma.
Nos vamos de compras
A los niños les gusta ir de compras al supermercado. Les fascina la pescadería y sobre todo el marisco vivo porque ‘muerde’; puedes darle una bolsa pequeña a tu hijo con algo muy ligero, y así tendrá la sensación de que está ayudándote a llevar la compra de camino a casa.
En cuanto a la cena de Nochebuena, es bueno llevar a tu pequeño solo a las compras programadas, aquellas que se pueden realizar los días previos, porque, aunque a tu hijo le gustaría acompañarte el 24 por el marisco, las aglomeraciones y largas esperas no son lo más adecuado para niños de ninguna edad, a no ser que no tengas más opción.
Así, artículos como turrones, panecillos para el paté, refrescos…puedes ir a comprarlos con tu pequeño, mientras que los productos frescos de última hora o el vino y el cava es mejor ir sin compañía.
Decorando la mesa
Hay un montón de cosas en las que ellos pueden colaborar. Colocar el mantel y las servilletas o el centro de mesa, mientras decidimos juntos qué lugar va a ocupar cada miembro de la familia, le resulta de lo más divertido.
Si ya garabatea algunas letras puedes ayudarle a escribir el nombre de todos los familiares que van a asistir a la cena, para que los coloque en su lugar correspondiente de la mesa. Cuando los vean los invitados con su letra casi ilegible enseguida van a reconocer al autor y le van a felicitar por su esfuerzo y trabajo y eso les encanta.
Deja para el final los objetos cortantes y las copas para que no pueda dañarse, ya las colocarás más tarde, y anímale a centrar, alinear o disponer de forma ordenada, ya que para él supone un aprendizaje extra además de divertirle.
Hoy tenemos nuevo ayudante en la cocina
Aquí depende del menú de cada casa, pero seguro que en la mayoría de las mesas habrá algunas entradas, canapés o pinchos en cuya elaboración, emplatado o decoración puede participar el niño.
Así, por ejemplo, puede colocar los panecillos para el paté, ayudar al emplatar las botanas, colocar los turrones, mazapanes o polvorones en las bandejas…en fin, aquellas tareas que no suponen ningún riesgo y siempre acompañados por un adulto.
Y lo más importante, reconocer su ayuda. Cuando llegue la familia, hay que contarles a todos el trabajo que ha realizado y cómo los preparativos y la cena se han preparado entre todos, resaltando las tareas concretas del peque.
En definitiva una cena de Nochebuena en la que tus hijos habrán aprendido a trabajar en equipo, a disponer objetos con orden y precisión, mejorando su motricidad, se habrán divertido en la cocina y habrán visto reconocido todo su esfuerzo con el mayor de los regalos, la felicitación de toda la familia y una jornada entrañable con ellos.